155 participantes, 9 conferencias plenarias, 35 comunicaciones orales y 2 sesiones, donde se presentaron de forma comentada 20 posters, marcaron el sexto congreso de la Sociedad Española de Protéomica (SEProt), que se celebró en el Parador de Cádiz del 15 al 18 de noviembre de 2016. El debate científico y el encuentro entre prestigiosos investigadores y estudiantes universitarios se convirtieron en un aliciente para citas futuras.
Javier Picos. Diciembre de 2016
El estado de salud de la proteómica española es muy satisfactorio gracias a la conexión de los grupos científicos a lo largo y ancho de nuestra geografía. Albert Heck (Universidad de Utrecht), reconocido en el Congreso como miembro honorario de la Sociedad Española de Proteómica por “su distinguida carrera” en el campo de la espectrometría de masas y sus innovadoras investigaciones en el desarrollo de métodos para la descripción de sistemas biomoleculares, y Jean-Charles Sánchez (Universidad de Ginebra) alabaron públicamente la red proteómica de nuestro país.
Mientras Heck abrió solemnemente el encuentro con su ponencia Complementary methods for probing protein assemblies and interactions, Sánchez intervino en las sesiones plenarias con una conferencia que suscitó un gran interés: Cerebrovascular disease biomarkers: diagnostic associated to treatment issues. Además de Jean Charles-Sánchez, la SEProt programó en este apartado a Manuel J. Rodríguez-Ortega (Universidad de Córdoba), Wolfram Weckwerth (Universidad de Viena), Chunaram Choudhary (Universidad de Copenhague), Jürgen Cox (Instituto Max Planck), Benjamin Balluff (Universidad de Maastricht) y Kathryn Lilley (Universidad de Cambridge). Todos ellos bien arropados con las divulgativas comunicaciones orales y los actos enclavados bajo la denominación de “posters”.
Loa asistentes, a pesar de esta intensa agenda, pudieron disfrutar también de Cádiz, la ciudad más antigua de occidente, y de la realidad de la Universidad de Cádiz, con cuatro campus, 64 titulaciones y cerca de 2.000 alumnos.
Juanjo Calvete (Instituto de Biomedicina de Valencia, CSIC), uno de los pioneros de la SEProt y su primer presidente, fue otro de los nombres propios del congreso. En el cierre del evento de Cádiz, dictó una lección “didáctica y responsable” sobre el estudio, con ayuda de la proteómica, de la composición de los distintos venenos de la serpiente para poder desarrollar antídotos más eficaces ante un problema que afecta a millones de personas en el mundo, sobre todo en países en vías de desarrollo. Antes de su participación, Calvete alabó la pujanza de la proteómica española: “Los grupos emergentes de hace años ya compiten sin complejos con sus colegas europeos. Además, han surgido más y diversos grupos de trabajo que utilizan la proteómica e intentan que mejoren las actuales herramientas proteómicas. Dentro de Europa, el sistema español se mira como un ejemplo de cómo integrar el servicio con la investigación”.